Noticias de las Américas, NUEVA YORK, NY, martes 20 de agosto de 2024: Dudo que la vicepresidenta Kamala Harris esté contenta con el regalo sorpresa que le hizo Trump en la convención. El lunes, Trump delató al economista “radical” Donald Harris, el padre invisible de Kamala hasta hoy. Ya no.
El reciente comentario de Donald Trump que vincula a Kamala Harris con su padre jamaiquino, Donald Harris, y sus supuestas opiniones marxistas es mucho más explosivo de lo que parece a primera vista. Durante años, Harris ha mantenido tácticamente a su padre fuera del ojo público, optando por destacar su herencia india y restar importancia a sus raíces caribeñas. Esta decisión ha sido en gran medida una cuestión de estrategia política: alinearse con un grupo demográfico que se considera ventajoso en el panorama político estadounidense y, al mismo tiempo, eludir su falta de interés en ser identificada como caribeña estadounidense.
Dicho de otro modo, Kamala no quiere dejar demasiado en claro que no es afroamericana. Con un padre jamaiquino y una madre india, sí es multicultural, pero no afroamericana.
El comentario de Trump ha roto ese delicado equilibrio. Al vincular a Harris con la formación académica radical de su padre, Trump ha abierto una caja de Pandora que Harris no podrá cerrar. La vicepresidenta, que rara vez ha hablado públicamente de su padre, ahora se verá obligada a abordar la conexión de frente para intentar neutralizar el ataque de Trump contra ambos.
Primer problema. El importantísimo discurso de aceptación de Harris el jueves por la noche. Se podría haber apostado todo a que no iba a mencionar a su padre jamaiquino en ese discurso y, al hacerlo, se identificaría a sí misma como no afroamericana, sino que simplemente se quedaría en algo más vagamente negro, simplemente negro.
Es posible que ahora haga una breve y desafiante alusión en su discurso de aceptación, afirmando su orgullo por su herencia jamaiquina y por su padre. ¡Nada más! Ciertamente no quiere que la principal conclusión de su importantísimo discurso sea su padre, Donald Harris. Intentará dejarlo así, pero los medios de comunicación ciertamente no lo harán en los próximos días y semanas. Más aún si Trump hace de ella y de su padre un tema recurrente en sus actos. CNN, por ejemplo, intentará resistirse a la historia, pero es demasiado tentadora y venderá muchos anuncios.
Los medios de comunicación, siempre ansiosos por descubrir nuevos ángulos y controversias, probablemente investigarán a fondo los antecedentes de Donald Harris. Su otrora oscura obra académica sobre la teoría económica marxista se convertirá en material de estudio tanto para los medios de izquierda como de derecha.
En la izquierda, algunos lo acogerán como una figura intelectual cuyas ideas vale la pena revisar. En la derecha, sus escritos probablemente se utilizarán para presentar a Kamala Harris como el producto de una ideología radical, algo que tal vez tenga serias implicaciones para su campaña y su imagen pública.
En conclusión, el comentario aparentemente despreocupado de Trump tiene el potencial de desbaratar la imagen pública cuidadosamente elaborada de Kamala Harris. Lo que alguna vez estuvo oculto en su biografía pronto podría convertirse en un tema central en su campaña, a medida que los medios centran su atención en Donald Harris y la influencia que pudo haber tenido en su hija.
La forma en que Kamala Harris maneje este nuevo desafío será fundamental para su éxito en las próximas elecciones. ¿Conseguirá controlar la narrativa o el ataque de Trump desatará una tormenta mediática que cambie el curso de su campaña? Solo el tiempo lo dirá.
¿Crees que tuviste problemas con tu padre? Seguro que no como Kamala. La buena noticia es que el Caribe recibirá la atención y el reconocimiento que merece en las elecciones presidenciales, gracias a su padre, Donald Harris.
Comentario de Arthur Piccolo
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