Un maletín lleno de billetes de rial iraní se exhibe en un mercado de cambio de divisas en la calle Ferdowsi en Teherán, Irán, el sábado 6 de enero de 2018.
Ali Mohamed | Bloomberg | Imágenes falsas
Irán enfrenta su peor serie de crisis en años, una economía en espiral junto con una serie de golpes geopolíticos y militares sin precedentes a su poder en el Medio Oriente.
Durante el fin de semana, la moneda iraní, el rial, alcanzó un mínimo histórico de 756.000 por dólar, según Reuters. Desde septiembre, la moneda en conflicto ha sufrido los efectos de los devastadores golpes a los representantes de Irán, incluidos Hezbollah del Líbano y el grupo militante palestino Hamas, así como la elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en noviembre.
Con la caída del presidente sirio Bashar al-Assad en medio de una ofensiva de choque por parte de grupos rebeldes, Teherán perdió a su aliado más importante en Medio Oriente. Assad, acusado de crímenes de guerra contra su propio pueblo, huyó a Rusia y dejó tras de sí un país muy fracturado.
“La caída de Assad tiene implicaciones existenciales para la República Islámica”, dijo a CNBC Behnam ben Taleblu, miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias en Washington. “Para que no lo olvidemos, el régimen ha gastado más de una década en tesoros, sangre y reputación para salvar un régimen que finalmente colapsó en menos de dos semanas”.
La caída de la moneda expone el alcance de las dificultades que enfrentan los iraníes comunes y corrientes, que luchan por adquirir bienes cotidianos y sufren una alta inflación y desempleo después de años de fuertes sanciones occidentales agravadas por la corrupción interna y la mala gestión económica.
Trump ha prometido adoptar una línea dura con Irán y volverá a ingresar a la Casa Blanca aproximadamente seis años después de retirar unilateralmente a Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní y volver a imponer amplias sanciones al país.
El presidente iraní, Masoud Pezeshkian, ha expresado la voluntad de su gobierno de negociar y reactivar el acuerdo, oficialmente conocido como Plan de Acción Integral Conjunto, que levantó algunas sanciones a Irán a cambio de frenar su programa nuclear. Pero el intento de acercamiento llega en un momento en que la Agencia Internacional de Energía Atómica dice que Teherán está enriqueciendo uranio a niveles récord, alcanzando una pureza del 60%, un pequeño paso técnico desde el nivel de pureza apto para armas del 90%.